Por:
Hugo Londoño C – Psicólogo, Dir. de Innovación Cultura Segura®
¿Dónde está la fuerza misteriosa dentro de un equipo deportivo que sobresale entre los demás? ¿Dónde están los emisores de esa energía sostenida que hace que una organización crezca y se mantenga entre las mejores de un contexto específico?
La respuesta está en el liderazgo de inmersión. Pero primero debemos desmitificar un concepto para comprenderlo.El liderazgo es un fenómeno colectivo que no pertenece solo a los máximos líderes –es decir que no es una manifestación individual y ese es el mito a derrumbar- sino que es el resultado de cierta interacción social en la que la energía de un grupo se comparte y expande de manera enfocada hacia el logro de determinados objetivos.
¿Acaso el entrenador está en la cancha a la hora de un partido? ¿Verdad que un CEO no está al lado del mejor equipo de ventas a la hora de captar mercado?
Claro que no. Entonces, dada esa aclaración, sabremos pues que el liderazgo es y siempre ha sido, un fenómeno psicosocial de inspiración e influencia para el logro de resultados. No obstante, no es fácil definirlo, pues como lo dijo el muy célebre Ralph M. Stogdill (1979), existen tantas definiciones de liderazgo como personas que han tratado de definirlo. Una posible razón, es que, al ser un fenómeno psicosocial, su definición posiblemente ha cambiado con las tendencias de la cultura.Por fortuna, un aporte satisfactorio que podemos dar desde las ciencias de la conducta, una de ellas la psicología, es que tres son las variables esenciales para comprender y poner en práctica un liderazgo del más alto nivel:
1. Los líderes activos.
2. Los líderes neutrales.
3. Las circunstancias.
Y la forma de atar estas tres variables es lo que llamamos la técnica de la inmersión, consistente en el involucramiento de los lideres activos en las circunstancias -el espacio- de los líderes neutrales para interpretar una situación específica y decidir participativamente sobre las acciones necesarias para lograr los objetivos.
¿Qué entendemos por la Inmersión?
La inmersión es una técnica semiestructurada de involucramiento del líder activo con sus líderes neutrales –involucramiento en el sentido de Antar Martinez (2014)- para despertar proactividad y autonomía en ellos por medio de la inspiración cara a cara, aquí y ahora. En otras palabras, es un método de aprovechamiento de los momentos de verdad para acelerar la curva de aprendizaje, asegurar el enganche con el propósito y cultivar la motivación para conseguir los resultados.
Inmersión en 6 pasos
La inmersión es una excelente técnica para multiplicar el liderazgo activo consistente en:
Beneficios de la Inmersión
El carácter presencial de la inmersión hace que el contacto cara a cara entre los participantes genere inmejorables beneficios, algunos de los cuales son:
Sustentos teóricos de la Inmersión
La técnica de inmersión está soportada en cinco leyes de la conducta:
1. Donde ocurre una interacción entre un organismo y el medio se produce un evento psicológico (Interconducta de Kantor, Ribes, Lopez)
2. Los actos que tienen consecuencias satisfactorias tenderán a repetirse (ley del efecto de Thorndike).
3. La generación de comportamientos deseados requieren la asociación de contingencias reforzantes (reforzamiento intermitente de intervalo y de razón de Skinner).
4. Los individuos aprenden a repetir o evitar formas de comportarse observando las consecuencias de las conductas de otros. (Aprendizaje Vicario de Bandura)
5. El lenguaje resignifica el mundo por medio de la forma como se interpreta y actúa sobre la realidad (Aceptación y Compromiso, basada en los Marcos Relacionales de Hayes).
Notas Finales
No está de más decir que los aprendices de la técnica de inmersión no tienen que ser expertos en el lenguaje de las ciencias de la conducta. Al contrario, el objetivo es que ellos aprendan de la manera más simple posible su uso en su contexto de trabajo. Pero, eso sí, los profesionales que acompañamos dicho proceso, debemos estar muy familiarizados con ello, pues son técnicas surgidas y evolucionadas mediante la psicología basada en la evidencia, las cuales, con nuestro ejercicio, también podemos ayudar a mejorar mediante la sistematización de nuestras intervenciones y mediante las publicaciones de nuestros trabajos para el beneficio de la sociedad y de la comunidad científica.
Referencias:
Avolio, B. J., & Gibbons, T. C. (1988). Developing transformational leaders: A life span approach. In J. A. Conger & R. N. Kanungo, The Jossey-Bass management series. Charismatic leadership: The elusive factor in organizational effectiveness (pp. 276-308). San Francisco, CA, US: Jossey-Bass.
Martinez G. Antar (2014). Cambiar metáforas en la psicología social de la acción pública: de intervenir a involucrarse. Athenea Digital – 14(1): 3-28 marzo de 2014.
Rallph M. Stogdill, Teorías e investigación del Liderazgo, 1999, Madrid, Cuarta Edición. Editorial Edansa.